Zig Ziglar dijo: «No cuentes las cosas que haces; haz las cosas que cuentan».
En general, no es un mal consejo. Pero cuando eres un líder que Avanza el Evangelio, puede ayudar tanto el «hacer» como el «contar», porque ambos pueden ayudarte a celebrar el crecimiento hacia tu audaz visión y, en última instancia, ¡a expandir el Reino de Dios!
CONTANDO LAS COSAS QUE HACES
Como líderes de jóvenes, siempre estamos contando algo: cuántos chicos se enfermaron en el retiro, cuántos jóvenes están enamorados (¡el número puede cambiar por hora!), cuántos voluntarios se retiraron justo antes del retiro…
Por ende, la cuestión no es tanto si medimos o no, sino qué medimos. ¿Qué resultados quiere Dios que alcancemos? En el libro de los Hechos, vemos claramente que los nuevos creyentes son uno de esos resultados: «Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas». Hechos 2:41
Sin embargo, esta medición suele depender de la medición de otras actividades: orar, cuidar y compartir el Evangelio con personas que aún no han confiado en Cristo.
Para ayudarte a cuantificar estas actividades, prueba esta guía que contiene las mejores prácticas de otros líderes de jóvenes, o utiliza la función de grupo de la aplicación Life in 6 Words para medir el número de veces que los estudiantes y los líderes están orando, cuidando y compartiendo el Evangelio con aquellos que no son cristianos. Además, considera cualquier medida adicional que te lleve a lograr la visión audaz de tu grupo, una que te ayude a alcanzar a los jóvenes de tu comunidad con las Buenas Nuevas.
HACIENDO LAS COSAS QUE CUENTAN
¿Tus programas, reflejan la visión audaz de tu ministerio y los valores del ministerio que Avanza el Evangelio? Si no estás seguro, completa esta evaluacion para ver tu progreso. Piensa en tu visión audaz como un cono de helado: Es un poco seco e insípido sin el cremoso y delicioso helado en su interior que ayuda a ese cono a cumplir su misión. Del mismo modo, tu visión audaz no es muy buena por sí sola, sin los deliciosos ingredientes de tus programas que la llenan para lograr tus objetivos del Reino.
Echa un vistazo al «helado» de tu típico calendario ministerial. ¿Están todos los eventos semanales orientados a ayudarles a lograr su visión audaz? ¿Y los eventos mensuales, trimestrales e incluso anuales? Esos queridos retiros tal vez deban ser recortados si consumen demasiada energía sin empujarlos hacia su visión audaz. Sin embargo, en muchos casos sus programas sólo necesitan ser modificados. Por ejemplo, crear un espacio para un tiempo de oración de 10 minutos puede significar que el tiempo de tu mensaje sea más corto.
Tener el valor de modificar tus programas para que Avancen el Evangelio puede ser el ingrediente que le falta si quieres «hacer las cosas que cuentan».
