Se necesita mucho esfuerzo para ofrecer una actividad evangelística estelar. ¿Cuál cree que es el componente crítico que atraerá a los jóvenes y transformará sus vidas?
¿Un proyecto de servicio digno y atractivo? ¿Mucha pizza? ¿Juegos locos y divertidos? ¿Tu habilidad para hacer malabarismos con perritos en llamas? Si bien se podría argumentar que todos y cada uno de estos han desempeñado un papel en llevar a los jóvenes a Cristo (tal vez no lo de los perritos…), creo que la mejor actividad evangelística es completamente diferente.
Porque creo que tus propios jóvenes son la mejor actividad evangelística que jamás haya existido.
Convierte a tus estudiantes en una actividad evangelística que camina y habla
Miremos como el apóstol Pablo llegó más allá de su propia esfera de influencia:
«Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes. Es evidente que son una carta de Cristo que muestra el resultado de nuestro ministerio entre ustedes. Esta “carta” no está escrita con pluma y tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente. No está tallada en tablas de piedra, sino en corazones humanos». (2 Corintios 3:2-3, NTV).
Tus jóvenes son una carta de Cristo, conocida y leída por todos. Y cuando entrenas y equipas a tus estudiantes para compartir el evangelio con sus amigos, se convierten en una actividad evangelística dondequiera que vayan.
Los amigos que nunca pondrían un pie en una reunión de tu grupo de jóvenes tendrán la oportunidad de escuchar las Buenas Noticias, cuando tus jóvenes las lleven a donde quiera que vayan.
No digo que nunca haga eventos de alcance bien planificados y ejecutados. Es buena idea tener un evento enfocado centrado en el alcance de vez en cuando. También es sumamente importante que aproveches la oportunidad de compartir el Evangelio cada semana.
Pero, ¿no sería genial si tus jóvenes estuvieran compartiendo el evangelio con sus amigos antes de que llegaran al grupo de jóvenes? ¿Que hablaran del evangelio en el auto de camino a casa?
Que les pregunten a sus amigos que visitan cosas como: «¿Tuvo sentido lo que dijo mi líder juvenil?»
Quítate la capa de Superman
Tus jóvenes son la clave para impactar a sus amigos para Jesús.
El joven promedio tiene alrededor de 102 amigos. Y los amigos tienen 100 veces más influencia sobre sus propios amigos que un extraño. Así que aprovecha la influencia de tus jóvenes y entrénalos para que sean esa actividad evangelística todos los días. Efesios 4:11-12 lo expresa de esta manera:
«Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo».
¿Captaste eso? El trabajo del evangelista, pastor y maestro es “preparar al pueblo de Dios” para hacer el trabajo. Tu trabajo principal es entrenar y equipar a otros para llegar a aquellos en su esfera de influencia. Si haces esto entonces pasarás de la suma al crecimiento exponencial.
Si involucra a tus jóvenes en la evangelización, ellos mismos se convierten en el “plan” para el seguimiento y el discipulado.
Estoy convencido de que una de las razones por las que tenemos tanto desgaste en el ministerio juvenil es porque no hemos puesto en nuestros jóvenes la responsabilidad de dar seguimiento y discipular a sus amigos.
Es hora de quitarte la capa de Superman y colocarla sobre los hombros de tus estudiantes. Porque dondequiera que vayan, tus propios jóvenes deberían ser la mejor actividad evangelística que jamás haya realizado.
