La mayoría de los líderes juveniles quieren ver crecimiento en su grupo de jóvenes, tanto cualitativo como cuantitativo. ¡Creo que el evangelismo es el desencadenante de ambos!
Cuando Jesús llamó a sus discípulos, sus primeras palabras fueron: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. El evangelismo estaba en el centro mismo de Su proceso de discipulado. Envió a sus seguidores a difundir su mensaje desde temprano y con frecuencia, y eso los motivó a aprender de él.
Los obligó a contar los costos de seguirlo.
Verás, el verdadero discipulado no es aprender acerca de Jesús; es vivir como Jesús, lo que significa participar en Su misión de búsqueda y rescate de los perdidos.
Ir más allá de una vida cristiana tibia
Sus jóvenes están siendo desafiados a sobresalir en lo académico, en los deportes, en la creación de currículums vitae para solicitudes universitarias. Sus padres, sus maestros, sus jefes, sus entrenadores, todos tienen expectativas para ellos.
La iglesia parece ser el único lugar donde los estudiantes no son desafiados para dar un paso al frente y marcar la diferencia. Lo cual es una pena, porque dar un paso adelante para seguir a Jesús es lo más importante en lo que pueden invertir sus vidas.
Si no lanzas la visión y los desafía ahora, se dirigirán por el camino hacia una vida cristiana tibia y sin compromiso. ¡Los años de la adolescencia son críticos para la misión de cultivar seguidores de Jesús comprometidos y totalmente devotos!
Cuando equipas a tus alumnos para que se conviertan en “pescadores de hombres” y los animes a hacerlo, está sentando las bases que profundizarán su caminar con Dios. Se verán obligados a elegir si arriesgarán su imagen y su popularidad por Cristo.
Crecimiento exponencial del reino
Este tipo de misión y visión no solo genera un crecimiento cualitativo que transforma a sus jóvenes a nivel personal, sino que también brinda un crecimiento cuantitativo que transforma a nivel del Reino.
Es posible que esté acostumbrado al crecimiento por adición que se produce a través del evangelismo por invitación centrado en las reuniones de jóvenes, pero cuando entrenas a tus jóvenes para llegar a sus amigos, los catapultas más allá del crecimiento lineal hacia el crecimiento exponencial.
Cuando tus estudiantes están en “el frente” compartiendo su fe y haciendo discípulos que hacen discípulos, están desatando el poder de la multiplicación, porque ellos pueden tocar muchas más vidas para Jesús que tú. Y sus amigos que confían en Cristo pueden tocar la vida de sus amigos, y así sucesivamente, hasta que escuelas y comunidades enteras sean sacudidas por el mensaje del evangelio.
Puedes ver este tipo de crecimiento exponencial en el libro de los Hechos y la iglesia naciente. Lea Hechos 19:8-10:
Pablo entró en la sinagoga y habló allí con toda valentía durante tres meses. Discutía acerca del reino de Dios… Así que Pablo se alejó de ellos y formó un grupo aparte con los discípulos; y a diario debatía en la escuela de Tirano. Esto continuó por espacio de dos años, de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar la palabra del Señor.
¿Captaste eso? ¡Pablo enseña a aquellos que están “totalmente comprometidos” con Jesús durante 2 años en la Escuela de Tirano, con el resultado final de que “todos los judíos y griegos” en la provincia de Asia escucharon el evangelio!
Pablo nunca podría llegar a todas esas personas por sí mismo. Pero al entrenar a un equipo de dedicados seguidores de Jesús, el evangelio salió a toda la provincia.
Tu grupo de jóvenes debe ser una Escuela de Tirano, el lugar donde entrena y equipa a tus estudiantes para llegar a sus amigos.
El evangelismo puede aumentar sus esfuerzos de discipulado a medida que multiplica su ministerio juvenil, brindándole aumentos exponenciales tanto en el crecimiento cualitativo como cuantitativo.
¡Haz las cuentas!
